martes, 3 de abril de 2018

Lazos entre Whistler y Seattle


Poderte reencontrar con amigos siempre está bien, y si encima te reencuentras en el extranjero aun es mejor.
A Jen la conocí el año pasado y por casualidades de la vida, o el destino ambas nos mudamos a América del norte a una distancia de 4 horas entre dos países diferentes.


Un fin de semana de Febrero Jen y Sergio tuvieron la gran suerte de coincidir dos días seguidos sin tener que trabajar, por lo que decidieron venir a verme.
 El tiempo no acompañó mucho, por lo que tuvimos que descartar varios planes como ir a ver islas y así, pero aprovechamos a ver las típicas cosas que en Google te dice que no te puedes perder.


En que llegaron fuimos a Chinatown  comer una sopa de noodles ya que con el frio apetecía algo calentito, y de allí a Downtown a ver como lanzan los peces en Pike Place Market, contemplar la rueda girando sobre el océano, adentrarnos en el salvaje oeste del Pier 57, la pared de chicles…


Con una buena caminata a las espaldas volvimos a casa para preparar cena y arreglarnos, ya que íbamos a salir a una house party que nos había invitado nuestro nuevo amigo Jun Chen.


En la fiesta había de todo (menos un dj majo que me pusiese la música que le pedía) beer pon (en el que Sergio y yo ganamos), mucha gente, billar, libros interesantísimos (uno lo cogimos por error y los niños de mi clase lo utilizan mucho), fotógrafo y como no un gimnasio en el que podíamos quemar un poco el alcohol del cuerpo.


Al día siguiente un evento acontecía en Estados Unidos LA SUPER BOWL (Philadelphia Eagles VS New England Patriots), no sabíamos si ir o no ya que no tenían mucho tiempo, así que mientras lo pensábamos fuimos a visitar Green Lake (un parque con un lago bastante bonito), Discovery park (y tratar de poner gasolina) y Capitol Hill.


Como la mañana estaba completa y no había mucho ambiente de partido, y además tenían un viajecito de 4 horas más la frontera a casa decidimos finiquitar nuestro finde y continuarlo en Whistler.


El segundo encuentro con Jen y Sergio se dio en Whistler el fin de semana pasado, ella trabaja en la estación de esquí y tenía descuentos tanto para los pases como para el material, así que el andalus y yo nos animamos, alquilamos coche y ale a cambiar de país.


Daban nieves para el camino pero con el coche que llevábamos la seguridad era total. Salimos del colegio, y camino a cruzar la frontera, allí te preguntan pues lo normal, levas armas, drogas… y al decir que no pues te dejan pasar.


Al llegar a Whistler Sergio y Jen nos habían preparado unas maravillosas hamburguesas caseras que nos las comimos en un tris,  y nada poquito de conversación y a dormir que el día siguiente iba a ser duro.


A la mañana nos fuimos a esquiar a Blackomb, el día comenzaba con sol y poco a poco las nubes nos tapaban pero alguna que otra ventana nos daba un respiro.


La estación encima de ser enorme es preciosa, pistas larguísimas, llena de árboles con capas y capas de nieve sobre sus puntiagudas hojas. Tuvimos la suerte de esquiar con nieve recién caída la noche anterior. Además querría destacar que las condiciones fuera de las pistas eran bastante mm ¿divertidas? llenas de bañeras formadas por las tablas. Para poder llegar al final de las pistas, el ingenio humano a veces cree que lo mejor es deslizar el pompis sobre la nieve, y estaba en lo correcto ya que resultó ser mucho más rápido que el resto.


Habíamos empezado a esquiar tarde así que teníamos que hacerlo todo muy rápido para poder ver toda la estación.


Lo más emocionante para mí fue esquiar por en medio de un glaciar, la percha en forma de ancla (como las que había antiguamente en Cantal en Formigal) te deja en un punto en el que tú tienes que cargarte los esquís a la mochila y caminar un poco cuesta arriba para adentrarte en él.


No se veía nada debido a la gran nube que estaba atrapada, por lo que bajamos con mucho cuidado ya que además parecía fuera de pista (la nieve estaba sin pisar y el espesor era grande).


En el glaciar ocurrieron todos nuestros accidentes, ninguno quedamos invencidos pero bueno forma parte de la experiencia, ahora sí, me empiezo a plantear el ponerme casco ya que el ostión que me dio un esquiador en la cabeza me hizo pensar que la tenía abierta (mamá estoy bien).


Poco a poco la nube se soltó del glaciar y pudimos contemplarlo, además podíamos ver también todos los lagos congelados que rodean al pueblo.


Tras todo el día esquiando a casa a comprar la cena (sin vino, porque vale medio riñón) duchas y a dormir, que aún quedaba un día más de esquí.


A la mañana siguiente fuimos a esquiar a otra parte de la estación llamada como el mismo pueblo Whistler. El paisaje era muy parecido y las pista también, pero nosotros estábamos más adaptados al esquí por lo que pudimos meternos por el bosque, dar saltos y practicar trucos.


Estuvo muy bien y además sin incidentes, a pesar de estar más nublado nos nevó menos y la temperatura era más baja (con buena o mucha ropa se aguanta de to), de hecho ambos días mi tubo del agua se congeló por lo que no pudimos beber agua.


La tarde había que aprovecharla y yo quería caminar por un lago congelado así que mis colegas a eso me llevaron. En el primero era arriesgado caminar, pero era precioso, con su embarcadero, la vista a la montaña…


En el segundo siii además de hacer guerras de nieve, caminar por el lago (hasta donde se podía claro), luchar libremente sobre la nieve, hacer carreras de caballitos… además de todo esto hicimos carrera de correr EN EL LAGOOOO menos mal que somos pesos plumas que sino, seguramente la historia os haría reír mas pero ¡jaa no me mojeeeee!.


Era último día y teníamos que probar el jacuzzy inmerso en la montaña de nieve, a lo que el primer valiente se metió se dio cuenta que este no estaba caliente, intentamos arrancarlo  pero no hubo forma así que nos conformamos con ducha y unas buenas verduras con pollo.


A la mañana siguiente tocaba hacer maletas cargar coche y volver a casa pronto que tocaba primer día de escuela.