martes, 24 de octubre de 2017

Portland

¡Jueves 12 de octubre! ¡Tenemos puente! Tras una dura jornada enseñando a bailar jotas nos cargamos con las mochilas y ponemos rumbo a Portland.
¡Nos vamos!
El autobús lo cogemos en una inusual parada en mitad de una calle sin indicación alguna, pero cómo no, a nosotras no se nos escapa una. El viaje de ida fue entretenido por mis súper héroes preferidos “Big Hero 6”, Andrea estaba atónita ante semejante peliculón, su host hermano seguro que ya no ve más Moana (Viana).

Preparando Big Hero
Las diez de la noche y llegamos a casa de J, este viaje lo hacemos sin pagar alojamiento, es decir, vamos de couchsurfing. Nos ponemos los pijamas y ya teníamos las camas preparadas así que nos vamos a dormir.

Ñaaam
A la mañana siguiente conocimos a C, novia de J. Ellos nos prepararon café para desayunar y nos aconsejaron que hacer en nuestro primer día en Portland. Con las pilas recargadas fuimos en busca de un puente que cruzase la ciudad y fuese peatonal. Nos costó pero lo encontramos.

¡Encontramos el puente!
El primer día en Portland, fue un poco desilusionante.  Una vez cruzado el puente fuimos directas a comprarnos unos donuts, muy típicos del lugar. Tras el manjar, caminamos todo el día y vimos toda la ciudad, lo más recomendado era el jardín de rosas pero al llegar… no había rosas! Así que solo eran unas maticas verdes.

En el rosal sin rosas. En la fuente sin agua
Allí anduvimos un rato hasta que se echó a llover y corrimos rápidamente a tomar una cerveza artesanal (Portland es famosa por ellas), allí pedimos una cata de las cervezas que ellos mismos producían, y además nos llevamos un regalo muy típico del lugar. Un vaso con el logo.

¡A vuestra salud!
Teníamos que cocinar porque prometimos una tortilla de patata  a cambio de poder dormir, así que rápido fuimos a comprar los ingredientes y manos a la obra. Problema: la sartén se pegaba así que la deconstruimos, que dicen que ahora está muy de moda.

Iglesias del mundo, aprender!
Al día siguiente C se unió a nosotras, la idea, alquilar un coche y acercarnos a la playa. Pero para nuestra desgracia nuestras tarjetas de crédito se habían quedado en Seattle (por si nos las roban…).

Conociendo Vancouver
Así que se nos ocurrió ir a l estación de tren o bus más cercana  y comprar unos billetes a algún lugar cerca. Nuestro gozo en otro pozo. Así que ultima idea para escapar, Uber y rumbo a Vancouver, WA. Resultó ser un agradable paseo matutino en un pueblito con aires de pescadores. Era sábado así que había mercado, allí probamos chorizo, toffe, cider, garrapiñadas, falafel…
Y parecía la playa.
Tras hartarnos de comer volvimos a disfrutar de Portland y su sol, también había mercado, así que de camino nos encontramos a los chicos de Vashon al girar la esquina!.

En este mercado había cosas de lo más curiosas, como un kit de supervivencia para hacer fuego en los bosques si te pierdes, o mieles cuyos sabores estaban fuera de lo normal. El apetito volvía así que tras discutir si el falafel es una croqueta o un wrap nos comimos un wrap de falafel. Y de postre oreja de elefante!

Bon Apettit.
Allí pasamos parte de la mañana y la tarde, y la otra parte paseando y tomando unas cervezas en un bar con happy hour.


A todo esto J pensaba que estábamos en la playa así que intentábamos que las fotos que sacásemos diesen esa impresión. Pobrecito, encima su equipo perdió.


Pronto volvimos a casa a hacerle compañía con unas cervezas y algo de cena. Esa noche además venía otra chica a hacer cuochsurfing en la casa. Ella estaba de paso, venía a un curso de energías. En el curso hablaban entre otras cosas, sobre la bondad y la malicia de la gente; que todos tenemos ambas partes por igual pero solo mostramos una, y hay que aprender a dominarlas. Y también de que los extraterrestres dirigen a los gobernantes de mayor importancia del mundo.
Tras una hora de cola...
Tras una conversación de lo más curiosa nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente teníamos donuts del Voodoo para desayunar. Nos arreglamos, cargamos mochilas y a disfrutar del ultimo día en Portland.   
Se acabó lo que se daba
El alojamiento en casa de J fue de lo mejor, la única pega que Andrea y yo teníamos un pequeño problema con el espejo, y es que nos hacía muy gogogoordas.

Pero antes... seguimos disfrutando.

El ultimo día fue más light, decidimos ir al restaurante más alto de portland y allí decidimos probar sus exquisiteces, que además al ser económicas sabían doblemente mejor. Anduvimos peleando por el mejor sitio al lado de la ventana, y finalmente lo conseguimos.
Bye Bye

Tras dar un último paseo, y comer un helado al sol, nos subimos al autobús y vuelta a casa. Al día siguiente es lunes y es día de escuela.








Robada de Javier Roca











domingo, 22 de octubre de 2017

Nuestro dia a dia

Aunque casi siempre escriba sobre el fin de semana, durante las semanas, en nuestro día a día, surgen de las mejores anécdotas, la mayoría de veces protagonizadas por Andrea y servidora.
EEUU está lleno de peniques tirados, así que un buen día decidí (de camino al gimnasio, al cual ni entramos) recolectar todos aquellos peniques que encontrase durante un año, para hacerme un poco más rica.
Mi colección desde hace una semana.
Nada más decidir esto, como por arte de magia un penique se cruzó en mi camino. Yo decidida a por él me llevé una gran sorpresa. El penique estaba pegado al suelo con un potente chicle. En esto Andrea no paraba de reír.
Todos sabéis las consecuencias de trabajar en una escuela, como los peligros con mini animalitos llamados PIOJOS, pues nada, no llevamos ni dos meses en la escuela y ya nos hemos tenido que despiojar. Pero no os preocupéis, tenemos champú para perros antiparásitos, a ver quién es el guapo que se nos acerca ahora.
Piojo, piojo, piojo
“El gimnasio”  ese dilema entre el precio y el bienestar consigo mismo. El más barato 56 dólares al mes, pero muchos tienen días o semanas o alguna clase gratis. Así que nuestra decisión es, probar todos los días y clases gratis de todos los gimnasios, hasta que nos reconozcan como las gorronas.
El primer gimnasio fue el SBP, un Boulder gigante, nunca habíamos visto nada igual. Allí pasamos una media hora como chiquillas en una especie de castillo con presas por las paredes  toboganes, escondrijos… (Suerte con las agujetas del día siguiente) además hicimos una clase de fitness en la cual no entendimos nada. Todo nos resultaba muy fácil, mientras el resto sufría con los ejercicios. Además señores, estamos en EEUU tener una pierna enyesada aquí no es motivo para dejar de ir al gimnasio.
Una pequeña parte del boulder
Pero no todo va a ser deporte, también estamos comenzando a diseñar disfraces de Halloween, y que mejor para la creatividad que alimentarla bien y no dejarla secar, a espera, que después de dos meses usando la fotocopia del pasaporte hoy, para comprar una botella de vino no nos vale. Así que seguimos con las cervezas que Andrea tiene debajo de su cama (en mi casa no se puede guardar, just in case). SOLO QUEDAN 2.
Cena en horario español.
  Siempre vamos al mismo sitio a comprar cervezas, y nunca nos han dado problema para poder comprarlas con nuestras fotocopias del pasaporte. El otro día para nuestra copiosa cena, ya nos dijeron que eso no valía. Así que medio enfadadas entramos a una tienda china que hay cerca de mi casa, que siempre hemos visto, pero a la que nunca hemos entrado. Total que llevamos dos meses comprando cosas que en la nueva tienda están tirados por precios estratosféricos. Encima tienen galletas María. Y peces en peceras para quien sepa cocinarlos, los del otro día eran el “pez piedra” y el “pez cabezón”.
If you want it... Take it

Otra de las curiosidades de nuestro barrio, y en general de Seattle, es que es una ciudad que incita a correr. Sé que estaréis pensando, ¿Qué dice?, pues que los semáforos no hay quien los entienda! De pronto el semáforo habla, luego te pone una mano en rojo que es para que no pases, pero si parpadea puedes pasar aunque el muñequito blanco no aparezca. Qué nos pasa?  que siempre nos damos cuenta tarde y nos toca correr. Cuando no, se nos olvida darle al botón, porque en algunos hay que darle a un botón. Pero no está en todos, y claro… parecemos lerdas buscándolos en todo porque algunos están escondidos.
Ni la lluvia nos detiene
Y bueno hasta aquí varias de nuestras anécdotas diarias.

lunes, 16 de octubre de 2017

Hikin "Ancient Lakes"

Habrá que hacer algo de deporte ¿no? . Qué mejor para ello que un poco de hiking para retomar el contacto con la naturaleza.

Gracias a Fabi, que ya lleva un tiempo aquí, se nos brindó la oportunidad de ir con dos amigas suyas de la República Checa que tenían dos huecos en el coche para ir a caminar un poquito por las tierras americanas.

Nuestro destino: Quincy, allí haríamos el trail “Ancient Lake” 10 millas de recorrido 600 pies de desnivel, o lo que es lo mismo 16 km 182 m de desnivel, lo que Mur llamaría un paseo para viejas o embarazadas con tacones.

El viaje en coche fue de 2 horas y media, paramos en Preston a por una de las chics checas, y fuimos en busca de la manzana perdida, a no, el lago perdido. Con tanto campo de manzana ya no se ni qué escribo.

Nos costó tan solo perdernos 1 vez para encontrar el aparcamiento correcto, ya que al ser un trail fácil y cercan va mucha gente.

Allí ni mojón, ni hito ni nada, un montón de caminos sin ningún tipo de indicación. La cosa era ver lagos así que yo me subía a las partes altas ver que veía y si encontraba agua, campo a través que íbamos. Aunque mi expedición solo duro una pérdida, nos hicimos de las mejores fotos.

Una vez encontrado el track (no por mí, aunque se difícil de creer), comenzamos a subir y bajar.
Andrea y yo nos esperábamos estar en la montaña con verdes y grandes árboles, quizá con un poquito de nieve. Gracias a nuestro pasotismo de no mirar a dónde íbamos, la sorpresa fue mayor al ver un desierto como el de Almería, metido en un cañón y con mucha agua circulando alrededor que a nada daba alimentos.

El recorrido pasa por varias cascadas, 3 lagos y charcas. Toda esa agua proveniente del Río Columbia (aunque sea difícil de creer, duplica o triplica el Ebro). El recorrido lo hicimos muy rápido, tanto que seguimos caminando rumbo “la nada” porque pensábamos que habría algo más. Hasta que una mujer nos dijo que nos diésemos la vuelta.

En un ver y no ver estábamos en el coche de vuelta a Seattle, eran las 3 de la tarde y paramos  ver el Columbia River y el monumento a los Wild Horses. Nos subimos en las estatuas, hicimos un poco el gamba y en 2 horas estábamos de vuelta en casa desendo darnos una ducha para quitarnos todo el polvo del desierto.

Ponemos fin a una primera excursión en Octubre a 25 grados por lo menos, solazo, buena compañía y por supuesto plan económico.


Espero volver a veros!!


Maybe we could do some of sport, couldn’t we? We could start  with a little bit of hiking and nature contact.

Thanks to Fabi, who has been here for a while, gave us the opportunity to go with two of his friends from the Czech Republic who had two places in the car to go for a little walk in the American lands.
Our destination: Quincy, there we would make the trail "Old Lake" 10 miles of 600 feet, or what is the same 16 km 182 m, what Mur would call a ride for old or pregnant with heels.

The drive was 2 1/2 hours, we stopped in Preston by one of the Czech czechs, and went in search of the lost apple, a no, lost lake. With so much apple field I do not even know what to write.
It cost us just to lose only once to find the right parking, since being an easy road and close to many people.


There no landmark, a lot of ways without any indication. The thing was to see lakes so I climbed to the highlands, I saw and saw if I could find water, field through which we were going. Although my expedition only lasted a loss, we made the best photos.

Once found the subject (not by me, although it is hard to believe), we started to go up and down.
Andrea and I were hoping to be on the mountain with green and big trees, maybe with a little snow. Thanks to our passage of not looking where we were going, the surprise was greater to see a desert like that of Almeria, tucked into a canyon and with a lot of water circulating around that nothing gave food.


The route passes through several waterfalls, 3 lakes and ponds. All that water coming from the Columbia River (although difficult to believe, doubles or triples the Ebro). The trip we did very fast, so much so that we kept walking "nothing" because we thought there would be something more. Until a woman told us to turn around.

On a see and do not see we were in the car back to Seattle, it was 3 in the afternoon and we stopped to see the Columbia River and the Wild Horses monument. We climbed the statues, made the prawn a little and in 2 hours we were back home and wished a shower to remove all the dust from the desert.
We end a first excursion in October to at least 25 degrees, solazo, good company and of course economic plan.

I hope to see you again !!