lunes, 31 de agosto de 2020

Aguaron en Oregón pre roadtrip

22 de mayo 2018

Llegó la hora, mientras dos personitas se adentraban a la dureza de un vuelo que duraba casi un día y cruzaba todo el Océano Atlántico, otra señorona vestida con el atuendo folclórico americano (para que describirlo si podéis verlo) les esperaba en el aeropuerto de Seattle Tacoma.


El encuentro fue de lo más emotivo, habían pasado casi 10 meses desde que no veía a  mi hermana y la emoción me quitaba el sueño. La otra persona que venía fue Helena (sin h, pero que le gusta más así), también conocida como chusky... amiga del pueblo de toda la vida y con la que estoy segura compartiremos más experiencias.

El caso es que llegaron al medio día tras haber comido en el avión, realmente no comieron por que durmieron y a lo que despertaron las azafatas SE LO HABÍAN LLEVADO, por eso les llevé unas donnas americanas. Tras dejar las maletas fuimos a dar un paseo, y al pasar por el colegio lo primero que hicieron fue emocionarse con los buses amarillos, en los cuales posaron para la instantánea.



Después pusimos rumbo al Columbia Center Sky Views (este es el edificio en que nos intentamos colar al llegar a Seattle). De este modo tendrían una visión más global de la ciudad desde lo alto, pudiendo admirar sus montañas, lagos y el mismísimo océano.






De vuelta a casa decidimos pasar por Chinatown y Pioneer Square. Allí hicimos las míticas fotos en la puerta china. Allí nos encandilamos con el precioso barrio de Pioneer y sus tradicionales juegos en la calle, a los cuales Marta se unió decidida a ganar en "Cornhole" 






Finalmente llegamos a casa y tocaba organiza el cuarto que a pesar de sus grandes dimensiones, las enormes y vacías maletas que (con la esperanza de llenar de gangas) se habían traído, no dejaban espacio para caminar por el cuarto y parecía aquello el conocido juego de no pisar el suelo de Pipi Calzaslargas.

Trajeron lacasitos, mejillones y demás productos tipical spanish para compartir con mi host family. Mientras preparábamos la comida, mi hermana quiso practicar un poquito de fútbol en el jardín con el hijo mayor de la familia. Para su sorpresa el padre acabó mandándole recoger las cacas de Henry (perro de la familia) o al menos eso entendió e hizo.



La cena fue todo un reto, ya que en España solemos coger las cosas del plato y comerlas directamente y en el caso del jamón con la mano, y allí se usan los cubiertos y cada uno se pone en su plato lo que va comer. Costumbre que les comenté a mis invitadas para que no se les hiciera raro nada.

La velada fue encantadora y pronto fuimos a dormir, que teníamos que aprovechar el día siguiente.No sin antes ver la ciudad iluminada.




23 de mayo 2018

Me levanto temprano y me voy a la escuela a trabajar, a la hora de la comida entramos en debate con el resto de profesoras ya que llevé conguitos para ofrecer, y Stephanie (taiwanesa) se percató de lo racista que era el nombre y dibujo de dicho manjar.



Al rato mi hermana y helena que se habían quedado en casa descansando vinieron a verme al colegio. Allí nos ayudaron con los juegos de mesa, cada una se puso en una estación e iban controlando que se hiciese todo correctamente. Luego llegó el momento del challenge matemático, que ellas ya conocen los resultados. No vamos a ponerlos por aquí.



Teníamos que ir a recoger el coche que habíamos alquilado, y no sin antes saludar a la señora que ayudaba todos los días a los niños a cruzar la calle. Siempre me veía enfriada y me decía "tienes que comer más pimientos".


Con el coche fuimos a visitar el Discovery Park, mi padre y hermana son grandes fans del programa de "¿Quién vive ahí?" o algo así que es ese en el que sale gente enseñando sus lujuriosas casas. Y una de las que ellos vieron estaba ahí, pero no logramos encontrarla.




Dimos un paseo y llegamos hasta el faro, hacia aire y surfistas de kitesurf intentaban controlar las cometas. Nos entró el hambre y habíamos quedado así que fuimos a buscar al andaluz y comprar unos snacks.




Marta descubriendo comidas peculiares
Marta y sus probatinas (esta asquerosa)

Todos juntos nos fuimos a la playa  de Golden Park, hablamos, tocamos el agua, jugamos a lanzarnos el balón de rugby y cuando calló el sol, decidimos seguir con nuestra ruta turística, así que fuimos a ver... (suspense)...el Troll de Fremont, una escultura debajo de un puente. Si la memoria no me falla, esa zona del puente comenzaba a convertirse en un vertedero y zona de drogas y pusieron esa estatua basada en los trolls noruegos.





Después de hacer la cola para conseguir la mejor foto fuimos a casa pero de camino tuvimos un percance, que muestro abajo con una foto.




24 de mayo 2018

Resulta que el primer día mi hermana buscando algo con lo que mezclar la leche encontró lo que pensó que era azúcar, y lo hecho. Su cara debió de ser un poema cuando vio que empezaban a salir grumos, lo que mezcló fue harina.

Le recomendé mezclar la leche con canela, ya que allí lo hacían mucho y la verdad que estaba riquísimo. Entonces la sorpresa se la dio Dan cuando vio a mi hermana dando vueltas a la leche con una rama de canela.

Después de estas anécdotas empieza nuestro viaje, salgo de trabajar, Helena y Marta se quedaron recuperando el sueño del jet-lag e intentando desayunar.

Todo listo ponemos rumbo a Le Chateau Inn, un motel de carretera en el que llegamos gracias a Dios. Durante el viaje (5horas y media) pasamos por diferentes paisajes. Cuando el sol se puso y el cielo comenzaba a dejar reflejar los destellos de las estrellas, las copilotos no tuvieron mejor idea que ponerse a chillar cuando les pareció ver "a la niña de la curva". 



Y es que llevábamos rato del viaje hablando de ello y de pronto se aparecieron dos personas vestidas de negro en dirección contraria. Todo muy correcto.

Finalmente llegamos al motel, en el cual podían haber matado a alguien perfectamente en la piscina. Parecía una estampa de Mentes Criminales. Allí nadie nos abría y empezábamos a estar desesperadas. Finalmente apareció un señor que nos dio la llave y nos ofreció aparcamiento en la parte de atrás.

Sorpresa que nos llevamos al ver que un motel vacío tenia el aparcamiento lleno. Muestra se da de ello en la foto.



Como de este día no hay fotos, pongo un vídeo que describe como fueron las 6 horas de viaje. A todo esto, Sea HOK! (bien escrito: Seahawk) se convirtió en nuestro himno, todavía hoy nos lo decimos.