25 de mayo de 2018
Nos levantamos en el motel de mala muerte que reservé para poder vivir una experiencia americana total, como en las películas. Pasamos de nuevo por la piscina en la que creíamos que algo trágico había sucedido y decidimos desayunar lo que allí se nos ofrecía, pastas empaquetadas y té.
Rumbo a la primera parada Sand Dunes Frontier, no sabíamos si nos encontrábamos en Oregón o el Sahara, de pronto todo nuestro alrededor comenzó a convertirse del color crema pálido que combinaba perfectamente con el azul radial del río Coos.
Estábamos ante la extensión mas larga de dunas en la costa oeste. Y tan grande era que no nos encontrábamos, suerte que el guarda del parque nos dio un mapa y felizmente nos indicó por dónde ir. En ellas caminamos, subimos (sudando) y bajamos rodándolas.
El viaje nos deparaba lugares y rincones espectaculares que nuestra mente no podía imaginar. La siguiente parada, fue sin duda la más entretenida. Cabo Perpetua, se encuentra dentro de un parque natural (raro eeh). James Cook, un cartógrafo británico lo avistó el día de Santa Perpetua y le puso el nombre.
Lo curioso del sitio es que en ese parque encontramos el agujero de Thor, un cráter en el que la marea se adentra cuando baja. Algunos creen que fue el mismísimo Thor quien con un golpe de su martillo creó el agujero.
Las olas suben y lo cubren, cuando bajan es cuando parece que el agujero se traga todo lo que encuentra y hay que ir con cuidado. Ojo a mi sorpresa cuando me mojé.
En esa misma zona encontramos otro curioso y natural artefacto, Devil's Churn, una chimenea de mar. Las olas chocan contra una aparentemente roca normal, pero después el agua sale propulsada por el interior causando un efecto brutal!. Allí unos chicos enredaron a tapar el agujero con un tronco, el cual con la fuerza del agua salió disparado hacia arriba.
Segunda visita y no creíamos todo lo que estábamos viendo, así que para bajar un poco la emoción paramos a comer en un buffet que menos mal que las vistas al puerto de Newport merecían la pena, por que la comida era una auténtica americanada...
Nos aproximábamos a lo que iba a ser nuestra última parada antes de ir a dormir a Portland, cuando, de pronto, se nos aparecieron unos mall (centros comerciales) con la palabra OUTLET. Yo no soy muy fan de las tiendas, pero la ocasión lo merecía, así que allí que paramos a comprar todas las gangas que encontramos, desde jerseys de GAP a bolsos de Calvin Klein, las maletas ya se volvían llenas de nuevo a España.
Cape Kiwanda nos regaló el momentazo del día, aunque fuese difícil de superar. Este cabo se caracteriza por las formaciones creadas por la erosión del agua y del aire, dunas, acantilados, rocas en medio del mar y una puesta de sol con saltos de ballenas. ¿Qué más podíamos pedir?
26 de mayo de 2018
Nos levantamos en Portland en la casa de J (estuvimos con el y su novia en otro viaje). Allí dormíamos las 3 y una nueva chica que venía desde Bielorrusia, no tenía mucho que hacer por allí así que se unió con nosotras al plan de visitar cascadas.
La primera parada era la cascada más alta del estado de Oregón con una altura de 189 metros. Esta se encuentra en la garganta del río Columbia, conocido por la prestigiosa marca de ropa. Al llegar nos dejaron boquiabiertas varias cosas, 1 la altura y 2 la cantidad de gente allí.
Así que hicimos una visita corta y nos fuimos de hiking, tocaba caminar y descubrir otro parque, éste caracterizado por sus plateadas cascadas, y es que así se llama el susodicho parque "Silver Falls State Park".
Caminamos, y muucho, preguntarle si no a mis compañeras de viaje. Hicimos la ruta de las 10 cataratas y decidieron que viendo 8 ya habían visto muchas. Estaba de suerte ya que nuestra compañera bielorrusa y fotógrafa de excursiones quería posar en todas ellas así que mientras Marta y Helena descansaban y comían a la orilla del río nosotras finalizamos con las dos últimas cascadas.
Estábamos muertas y hambrientas así que primer sitio que vimos ahí que entramos. La suerte estaba echada y Queen nos veneró durante la cena. No explico, muestro:
Último día por la costa de Oregón pero no por ello menos bonito, nos acercábamos a la península de Olympia y se notaba que las montañas tenían más y más desnivel decorando el viaje con secuoyas de tamaños desorbitados.
Antes de ir a la que sería nuestra playa de descanso decidimos parar a ver la famosa Cannon Beach (donde se rodó Crepúsculo), la verdad que después de todo lo que habíamos visitado no nos aportó mucho. Además estaba llena de gente así que ni hicimos fotos.
Tratando de buscar la casa de Edward Cullen, nos adentramos en el Ecola Park State para lo dicho antes relajarnos y tomar un poco el sol antes de volver a Seattle.
Aun paramos en en la capital del estado a dar un mini paseo, estirar las piernas y comer algo. Durante el camino admiramos la grandeza del Mt.Rainier
Resto de días de mayo de 2018
Todavía tenemos el coche así que aprovechamos para investigar una de las islas que se encuentran cerca de Seattle y así aprovechamos para ver la ciudad desde el océano (y posturear claro).
Devolvimos nuestro querido compañero de viaje y ya solo quedaba volver a trabajar y dos días de exploración en Seattle de las mañicas.
Allí también reímos con la pescadería del Pike Place, característica por el show y lanzamiento de pescado que los trabajadores realizan entre la gente que está comprando.
Aquella misma noche nos habían invitado a comer a casa de la profe de Cris que nos dejó la mansión en Missoula, así que Helena y Marta disfrutaron de una agradable noche americana con su correspondiente baile de folk.
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